A 30 años del gran incendio forestal en los bosques de la USB: aprendizajes y protocolos para la conservación de nuestra Reserva Ecológica
A finales de marzo de 1992 un gran incendio azotaba las plantaciones y sabanas de Fuerte Tiuna (FT). Allí se encontraba, apoyando las labores de extinción de ese incendio que tenía varios días ardiendo, el Señor Juan Pérez Lorenzo (JPL), para entonces Coordinador Nacional de Control y Prevención de Incendios Forestales del Instituto Nacional de Parques (Inparques), ente responsable por la administración de los parques nacionales del país. Estando allí lo abordó una comisión de vigilantes de la USB, solicitándole su apoyo para que revisara una situación de incendio que se estaba presentando en la plantación de pinos (bosques) de la USB que tenía tres días en curso y que se había originado por causa del incendio desde La Limonera. En vista que la situación era compleja, cuando llegó a Sartenejas le estaban esperando las autoridades universitarias, encabezadas por el rector Freddy Malpica Pérez, y un helicóptero de la Fuerza Aérea, con el que hicieron un recorrido aéreo para evaluar el entorno: la situación era muy complicada. En los primeros intentos de la USB por sofocar el incendio habían resultado lesionadas varias personas, entre ellas el profesor Zdravko Baruch quien habiendo estado al frente del incendio por más de 72 horas seguidas sufrió deshidratación y quemaduras de primer grado en cara, brazos y manos, y de segundo grado en la mano derecha.
A las 4:00 PM regresaron del recorrido y las autoridades ofrecieron todo el apoyo logístico necesario, a través de la Dirección de Servicios Generales y de la Dirección de Seguridad, siendo comisionado el profesor Josu Allende para su ejecución. De inmediato se procedió a montar un “centro de operaciones” que se ubicó sobre el dique de la represa, y JPL convocó grupos de brigadas forestales (voluntarios), con buena experiencia en combate de incendios, y que eran la reserva que tenía Inparques para atender las emergencias que se podrían presentar en el parque nacional El Ávila. A las 6pm ya se habían despachado varias comisiones de brigadistas dentro del pinar para ejecutar un decisivo ataque nocturno, momento del día en que los incendios de vegetación tienden a perder fuerza, ya que, si no se lograba detener el avance del fuego esa noche, más de la mitad de los pinos del bosque de la USB corrían el riesgo de perecer debido a la intensidad del fuego sobre el suelo y las raíces.
El pino caribe de la plantación existente en Sartenejas tiene cierto grado de resistencia a los fuegos, siempre que éstos sean rápidos y no se concentren por mucho tiempo en un sólo sitio. Así se inició el combate con fines de extinción, siendo que no existían picas de penetración, ni ninguna carretera que facilitara el acceso. La única vialidad existente era la que delimita los terrenos de la USB con La Limonera y que llega a las antenas de los militares, pero ésta se encontraba tan deteriorada por la erosión y las cárcavas, que era intransitable para vehículos de doble tracción. Todo el acceso y el combate se hizo a pie, abriéndose paso de noche. A eso de las 5-6 AM el fuego estaba totalmente dominado, aunque no totalmente extinguido; es decir, el fuego ya no se desplazaba y estaba reducido a tizones. Esa noticia alivió grandemente a la comunidad universitaria: se había logrado en pocas horas lo que no se había podido lograr en 2-3 días de combate.
Se decide retirar al personal de bomberos forestales, y el profesor Allende, junto con personal de mantenimiento y personal del vivero, quedan encargados de continuar con el remate de los pequeños focos, y el sofocamiento definitivo, luego de haber sido rápidamente entrenados in situ sobre cómo hacerlo. Se estableció una coordinación de puente radial permanente, entre JPL y el profesor Allende, para que estuviesen en contacto y darle las indicaciones en caso de una reignición. Hubiese sido un incendio muy destructivo si no se hubiera actuado. Fueron pocos los pinos que murieron, y con el tiempo se demostró que no hubo ninguna pérdida de cobertura boscosa significativa.
En el informe final que presentó JPL a las autoridades universitarias se hizo la recomendación de que se abriesen cortafuegos adecuados, capaces de aislar los terrenos de la USB de los fuegos que pudieran provenir en el futuro desde FT y Hoyo de la Puerta. También se recomendó que se abrieran vías de penetración adecuadas para vehículos bomberiles, a fin de que puedan actuar en futuras emergencias similares. Y también se recomendó la creación de una brigada propia de bomberos forestales de la USB. El rector le pidió a JPL que organizara todo esto, pero para ese momento JPL tenía compromisos con Inparques.
Un año después del incendio, JPL tuvo un grave accidente de tránsito en el que casi pierde la vida, que lo dejo parcialmente incapacitado de su pierna derecha, y se retiró de Inparques. Pero 2 años después se presenta otro incendio que logró pasar a la USB nuevamente, por el flanco de la antena de los militares. Para entonces, Josefina Chuecos, persona muy apreciada y conocida, Jefe de Servicios Generales, llama de nuevo a JPL, informándole que el rector Malpica requería de su presencia urgente en la USB. JPL, quien entonces andaba en muletas, atiende el llamado, y una vez más vuelve a activar a los grupos de brigadistas voluntarios, quienes respondieron. Dos horas después de activados, el incendio fue controlado. El rector Malpica le ofrece a JPL que trabaje para la USB como asesor para ejecutar las recomendaciones de aquel informe que había presentado dos años atrás. JPL acepta el trabajo y se acomete una evaluación más completa que contempla realizar las vías de penetración de tal forma que sirvan además como cortafuegos internos, que dividan la plantación en parcelas, y que en caso de que en alguna se pierda el control ante un fuego, se pueda impedir que afecte a las otras. Esta situación, por cierto, nunca se ha presentado. Así se ejecutó y tales picas además sirvieron como picas para el excursionismo. Se puso particular atención en las sabanas y helechales que rodean El Mechurrio, sector que se quemaban frecuentemente, con fuegos que subían con rapidez desde Hoyo de La Puerta. Aquí también se hicieron carreteras-cortafuegos que le pusieron límite a esa situación. Luego de un año de trabajo, con la contratación de tractores para este proyecto, se logró completar un sistema de carreteras-cortafuegos que hoy son vitales para defender los bosques de la USB de los fuegos, y que además dan el acceso necesario para una rápida respuesta ante los incendios. Desde entonces los bosques de la USB no han sufrido de incendios significativos, especialmente dentro de la plantación de pinos. Del mantenimiento de esta infraestructura y de contar con brigadas forestales depende que este éxito se mantenga indefinidamente.
Estos sucesos iniciaron una verdadera gestión conservacionista de estos espacios que hoy consideramos como Reserva Ecológica USB ver: https://www.cenda.usb.ve/node/133). El eje fundamental de la gestión de la Reserva Ecológica es este dispositivo de seguridad. que resguarda uno de los patrimonios ambientales más preciados de la USB: sus bosques.
Fuentes:
Juan Pérez Lorenzo (entrevista, abril de 2022);
Josu Allende. “Los Bosques en la USB”. Primeras Jornadas sobre la Gestión de los Bosques de la Universidad Simón Bolívar en Sartenejas. Ponencia. (Febrero 2006);
Roger Carrillo (testimonio, abril de 2022)
CENDA: Los Guardabosques y la Reserva Ecológica de la USB (Mayo 2001)
CENDA agradece al Prof. Edgard A. Yerena Ocando, del Departamento de Estudios Ambientales y Coordinador de la Comisión de Bosques, por la preparación del manuscrito que hicieron posible la realización del presente documento.
Para ver fotografías relacionadas con este tema, ingresar al portal de cenda.usb.ve y en ARCHIVO FOTOGRÁFICO USB colocar: reforestación, arborización, represa, embalse, etc.
ESTOS Y OTROS DOCUMENTOS PUEDEN SER REVISADOS EN EL ARCHIVO HISTÓRICO DEL CENTRO DE DOCUMENTACIÓN Y ARCHIVO (CENDA-USB)
